La madrugada del 19 de enero de 2015 fue una de las más convulsionadas en la historia reciente del país. El fiscal Alberto Nisman, a cargo de la causa Amiga, fue encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero, pocas horas antes de su exposición ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados a raíz de la denuncia por encubrimiento contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. A pocas horas de cumplirse el aniversario de su fallecimiento, las hipótesis se enumeran al por mayor pero son muy pocas las conclusiones.

Sin un dictamen fiscal que determine si fue un crimen o un suicidio, el primer aniversario de la muerte de Alberto Nisman encuentra a la jueza Fabiana Palmaghini en la tarea de imprimirle un giro a la investigación judicial del caso.

La nueva citación a los policías encargados de su custodia el 18 de enero del 2015 y la expectativa por la nueva declaración que pueda brindar del ex jefe de los espía Antonio “Jaime” Stiuso cuando regrese al país muestran el nuevo sesgo de la pesquisa.

El desplazamiento de la fiscal Viviana Fein era lo que reclamaba desde hace meses la querellante Sandra Arroyo Salgado, jueza federal y ex esposa Nisman, como un paso hacia la derivación de la causa al fuero federal.

Invocando su conocimiento de la personalidad de la víctima, la madre de las hijas de Nisman dio siempre por sentado que se trató de un crimen, algo que hasta ahora no ha podido probarse en el expediente. 

Cinco de los seis criminalistas que intervinieron en el expediente opinaron que Nisman se encontraba solo en su baño cuando una bala entró en su cráneo por el lado de su mano hábil, en línea con los resultados de la autopsia que realizaron los integrante del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema horas después del hallazgo.

Los peritos de parte de la querella tampoco pudieron convencer a los designados por el juzgado, en su mayoría del gabinete científico de la Policía Federal, de que Nisman murió un día antes, en un horario coincidente al de la visita de su asistente en informática Diego Lagomarsino quien dijo haberle dejado el arma que fue hallada debajo del cadáver.

Sara Garfunkel, madre del fiscal y primera en entrar en el departamento junto a los custodios volvió a certificar días atrás que la escena no fue alterada desde su ingreso. La justicia determinó que en el departamento tampoco se encontraron signos de violencia, de defensa o ADN de otras personas.

Pese a todo, no hay una respuesta firme. Y ahora será tarea del nuevo gobierno nacional alentar la investigación para conocer la verdad. En las últimas horas, el presidente Mauricio Macri se reunió con las hijas de Nisman y les prometió personalmente “hacer justicia con la memoria de su padre”.