La historia del cine porno es desde sus orígenes machista y cosificador para con las mujeres. Pero como toda vanguardia tiene un comienzo en los cambios de paradigmas, el porno también está cambiando, y la directora sueca Erika Lust, que reside en Barcelona, hace una pornografía donde las emociones y el morbo tienen más peso que la pura práctica del sexo.

Su forma de trabajar ya dista de los guiones acotados de la industria pornográfica clásica: los usuarios anónimos de su sitio web Xconfessions cuentan sus relatos sexuales y ella los rueda con la idea de que los espectadores disfruten, se inspiren, y vean su “retrato positivo de la sexualidad, porque ví que la pornografía se centra siempre en la parte más oscura y sucia, dejando afuera las emociones, que son fundamentales en la sexualidad”.

Ahora Lust redobló la apuesta, ya que desde diciembre lanzó su original propuesta, de pagar 250.000 euros para "traer mujeres al porno". No como actrices en posiciones subordinadas sino como directoras interesadas en el cine porno, que aporten la mirada femenina a una industria dominada por el hombre.

"Hago un llamamiento mundial a las mujeres directoras de cine", declaró en su web la artista sueca, y arguyó: "Quiero encontrar a la próxima ola de mujeres cineastas para adultos que deleiten los ojos y embriaguen los sentidos, que inspiren, exciten y contribuyan a mi misión de cambiar el porno".

Es que Lust considera que las mujeres deben estar tras las cámaras en todos los puestos clave, tras aprender de su propia experiencia: “Dirigí más de 100 cortos, y tengo más de 100.000 miembros en mi sitio web, en el que miembros anónimos del público me envían sus fantasías y experiencias. Elijo dos cada mes para interpretar en los cortos. Y después de trabajar con varias directoras invitadas he decidido que quiero seguir produciendo cine para adultos con mujeres al frente".

La directora exige una experiencia audiovisual previa y demostrable; además, la aspirante deberá aportar a su propio equipo, con actores incluidos, las localizaciones y el guión, que deberá encajar en el código de la cinematografía de Lust, centrado en cuatro ejes:

  1. La película debe tener calidad artística 
  2. Valorar el placer femenino en la sexualidad 
  3. Representar la variedad de cuerpos, razas y edades 
  4. Producirse éticamente

Por último, la letra pequeña explica un detalle nada menor: los 250.000 euros están presupuestados para la totalidad del proyecto, que incluirá diez cortos. La aspirante debe ser capaz de ajustarse por lo tanto a rodar barato. A cambio Lust ofrece control creativo sobre la obra pero su productora se mantendrá en segundo plano para ofrecer apoyo legal, documental y sobra la industria pornográfica.