Hay quinientos mil pacientes celíacos en Argentina pero se estima que sólo uno de cada diez que padecen esta enfermedad está diagnosticado. Es este el número que desde Universidad Nacional de Rosario (UNR) se intenta revertir. Investigadores de la casa de altos estudios desarrollan un estudio que intenta determinar cuántas personas sufren la patología en el Gran Rosario.

La enfermedad es la intolerancia total y permanente al gluten presente en el trigo, avena, cebada y centeno, todas sustancias que resultan tóxicas para el organismo del celíaco y afectan directamente su intestino delgado y la absorción de los nutrientes. 

El investigador de la Facultad de Ciencias Bioquímicas de la UNR, Fabián Pelusa explicó que "el diagnóstico se basa en cuatro pilares: la clínica, la genética, la histopatología y el laboratorio. Luego, la administración de la dieta del paciente es realizada por nutricionistas, es decir que participan muchas disciplinas tanto en la detección como en el seguimiento del celíaco".

El docente comentó además que el estudio de prevalencia en el Gran Rosario "permitirá tener un registro de la cantidad de enfermos, un dato fundamental para la aplicación de políticas públicas". La enfermedad presenta una diversidad sintomática que a veces hace difícil encontrar la causa sólo desde el punto de vista clínico. En este sentido, "el laboratorio inmunológico y genético contribuyó muchísimo porque a través de una extracción de sangre se pueden determinar parámetros que indiquen la probable existencia de la enfermedad, expresó Pelusa.

La importancia de una detección temprana de esta patología es un tratamiento consistente, sin el cual existe un mayor riesgo a desarrollar cáncer o trastornos autoinmunitarios, por lo que es considerada “un problema de salud pública”.

En el año 2011 se reglamentó la Ley N° 26.588 que declara de interés nacional la atención médica de la enfermedad celíaca, al igual que la investigación clínica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección temprana, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, y la difusión y el acceso a los alimentos libres de gluten.

“Esta ley es un gran avance, las necesidades de los pacientes celíacos adquieren el rango de derechos, pero no es todo”, sostuvo el profesor de la UNR. “La intolerancia al gluten puede combatirse pero lo que cuesta más es combatir la indiferencia social”, agregó y se refirió a las contaminaciones cruzadas, es decir mezclar productos que tengan gluten con otros que no lo tengan. “Sólo una miguita de pan es causal para que la persona vuelva a tener la lesión en el intestino”, afirmó.

Para ejemplificar explicó que la carne no tiene gluten pero en la mayoría de las carnicerías, a escasos centímetros de los cortes vacunos hay una pila de milanesas, es decir que se puede cruzar el pan. Entonces cuestionó: "¿Cuántas carnicerías estarían en condiciones de vender carne para celíacos?"