Lo descubrieron unos investigadores estadounidenses y ya va camino de ser una revolución tecnológica: una piel artificial súper extensible que simula la del pulpo y que será muy útil en la industria de la robótica y la electrónica blanda.

Es que al parecer sus características la hacen ideal para recubrir aparatos como el Smartphone en forma de reloj, así como múltiples accesorios innovadores que se han convertido casi en parte de la vestimenta.

El tejido puede estirarse, sentir la presión y emitir luz, con lo que alcanza el mismo nivel de multifuncionalidad a la piel de los pulpos, según la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias (AAAS).

Los robots prototípicos en los que se ha implementado la piel de pulpo se deslizan por el suelo como si de una culebra se tratara, para exprimir el potencial del tejido, que se expande y contrae en sentido lineal.

La resistencia está garantizada por mucha fuerza que se ejerza sobre estos robots, gracias a un sistema de detección electromagnética de la presión que reduce la vulnerabilidad.