Lejos quedaron las costumbres de inversión familiar en carísimas enciclopedias en tomos de tapa dura en la que se empeñaba la clase media tras el sueño de “m'hijo el dotor”, veinte años atrás. Pero también, más acá en el tiempo, quedó obsoleto el acceso al “saber” con los discos compactos de diccionarios y enciclopedias Encarta.

El acceso al saber actualmente se ha democratizado, por lo menos para todo aquel que primero tiene acceso a Internet, y el desafío hoy no es saber invertir en tomos ni en CDs, sino que consiste en encontrar la información deseada en fuentes fidedignas, en esta vasta red de buscadores, este universo a un click, donde prima el diccionario colaborativo social de Wikipedia.

Si se necesita llegar a la información veraz y confiable, pocos son los usuarios que saben cómo realizar búsquedas avanzadas con filtros, chequear la información a la cual acceden, y confiar en los sitios web que ofrecen, como en un supermercado la información para todos y todas por igual.

Para las definiciones, para los latinoamericanos y españoles continúa primando el referente de la Real Academia Española, la famosa Rae.es, pero no muchos tienen conocimiento de una herramienta enciclopédica por excelencia, propiedad de la Unesco, por ende de toda la humanidad.

Quienes tuvieron el gusto de surfear por sus contenidos catalogan a la Biblioteca Digital Mundial de la Unesco como “un golazo en materia de distribución y acceso de oportunidades al conocimiento”, ya que sólo por enumerar, cuenta con mapas, textos, fotos, grabaciones y películas de todos los tiempos y explica (¡en siete idiomas!) las joyas y reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta.

Para despejar dudas, se trata de una fuente fidedigna, ya que no ofrece documentos corrientes sino "con valor de patrimonio, que permitirán conocer mejor las culturas del mundo en idiomas diferentes: árabe, chino, inglés, francés, ruso, español y portugués, y con hay documentos en línea en más de 50 idiomas".

El acceso a esta biblioteca moderna es gratuito y los usuarios pueden ingresar sin necesidad de registrarse. Cuando uno hace clic sobre la dirección de la Biblioteca Mundial Digital tiene la sensación de tocar con las manos la historia universal del conocimiento. Esa sensación que desde el CD de Encarta no es común a los usuarios.

La configuración del sitio web permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución. El sistema propone las explicaciones en los mencionados siete idiomas, y los documentos se encuentran escaneados en su lengua original. De ese modo, es posible, por ejemplo, estudiar en detalle el Evangelio de San Mateo traducido en aleutiano por el misionero ruso Ioann Veniamiov, en 1840.

Con un simple clic, se pueden pasar las páginas de un libro, acercar o alejar los textos y moverlos en todos los sentidos, y la  buena calidad en la definición de las imágenes permite una lectura cómoda y minuciosa.

Sus responsables afirman que la BDM está sobre todo destinada a investigadores, maestros y alumnos. Pero la importancia que reviste ese sitio va mucho más allá de la incitación al estudio de las nuevas generaciones que viven en un mundo audiovisual.

El acceso es gratuito y los usuarios pueden ingresar directamente por la Web, sin necesidad de registrarse. Permite al internauta orientar su búsqueda por épocas, zonas geográficas, tipo de documento e institución.

Los objetivos de la Biblioteca Digital son "promover el entendimiento internacional e intercultural; ampliar la cantidad y la variedad de contenidos culturales en Internet; facilitar recursos a los educadores, estudiosos y el público en general; y permitir a las instituciones asociadas reducir la distancia digital dentro de y entre los países". Y fue desarrollada por un equipo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos con colaboraciones de instituciones asociadas de muchos países; el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, las Ciencias y la Cultura (UNESCO).

Algunos tesoros que se encuentran en la Biblioteca mundial digital

Entre los documentos más antiguos hay algunos códices precolombinos, gracias a la contribución de México, y los primeros mapas de América, dibujados por Diego Gutiérrez para el rey de España en 1562.

Los tesoros incluyen el Hyakumanto Darani , un documento en japonés publicado en el año 764,  considerado el primer texto impreso de la historia; un relato de los aztecas que constituye la primera mención del Niño Jesús en el Nuevo Mundo; trabajos de científicos árabes desvelando el misterio del álgebra; huesos utilizados como oráculos y estelas chinas; la Biblia de Gutenberg; antiguas fotos latinoamericanas de la Biblioteca Nacional de Brasil y la célebre Biblia del Diablo, del siglo XIII, de la Biblioteca Nacional de Suecia.

Otras joyas son el diario de un estudioso veneciano que acompañó a Fernando de Magallanes en su viaje alrededor del mundo, el original de las "Fábulas" de Lafontaine, el primer libro publicado en Filipinas en español, y unas pinturas rupestres africanas que datan de 8.000 A .C.