El presupuesto para ciencia propuesto por el presidente Mauricio Macri para el año próximo viene llega con un recorte. Se adjudica al Ministerio de Ciencia, el Conicet y la Conae casi 14 mil millones de pesos, lo que implica casi mil millones menos (un tercio menos, en porcentaje, que lo presupuestado este año).

En Rosario, la comunidad científica está en alerta. Desde ATE Conicet, ATE Conea, Científicos Universitarios Autoconvocados y Coad denuncian este intento de ajuste y advierten por las importantes consecuencias que tendrá en el sector científico. Este jueves, de 11 a 13, difundirán con volanteada lo que implica este recorte y habrá además una feria científica para que los rosarinos conozcan algunas de las investigaciones que se realizan por estos días.

El delegado de ATE Conicet, Pablo Rullo, explicó a Rosarioplus.com que “la reducción involucrará todo el quehacer científico: el subsidio para sostener las líneas de investigación y las condiciones de seguridad laboral, lo salarial, poniendo en riesgo los puestos de muchos científicos contratados que renuevan cada año, así como la reducción de posibilidades de ingreso a la carrera científica de los doctorados, y por eso se habla de una nueva fuga de cerebros”.

Rullo explicó que según cálculos de investigadores de la UBA, para sostener los niveles de crecimiento en las investigaciones, el presupuesto no sólo no debe ajustarse, sino que debe recibir 10 mil millones de pesos más.

El delegado de ATE lamentó que el proyecto de presupuesto “es parte de las políticas de mercantilización de la ciencia y desfinanciación a los organismos públicos, abriendo puertas al sector privado con sus propios intereses de generar productos para la venta”.

La discusión del Presupuesto aún está abierta en el Congreso, por lo que los científicos buscan involucrar a toda la sociedad, y desde la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA lanzaron el petitorio Defendamos la Ciencia Argentina

Para Luis Baraldo, vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, “la continuidad de la ciencia corre riesgo similar al 66 en que los recortes implicaron que mucha gente saliera del sistema y busquen trabajo en otros países, lo que se conoce como fuga de cerebros. Tuvimos episodios semejantes en el 74, el 89 y 2001”. 

Por su parte, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, reconoció que la preocupación de los científicos es lógica, pero confió en que los números se van a ir corrigiendo con el correr del año fiscal, y argumentó: “Siempre tuvimos que pelear por el presupuesto. Nunca nos han dado un cheque en blanco de entrada”.