Una mujer era la cabeza del negocio prostibulario desbaratado la semana pasada en la región, tras realizarse allanamientos en Rosario, Fighiera y Villa Gobernador Gálvez, marco en el que se rescató a cuatro mujeres. La "madama" tiene 40 años y registra ya dos antecedentes por el mismo delito. 

La subdirectora de la Agencia de Investigación de Trata de Personas y Violencia de Género de la PDI Jorgelina Aguirre contó en detalle a Rosarioplus.com cómo operaba el local de Saavedra al 1300, dirigido por la mujer detenida en Fighiera, pero controlado por una pareja integrada por un hombre de 41 y una mujer de 35 que eran pareja. De hecho, las otras direcciones allanadas eran sus domicilios particulares.

“La madama cuenta con antecedentes penales de 2011 y 2015 por el mismo delito de facilitamiento, promoción y explotación económica de la prostitución”, precisó la funcionaria. Será imputada por estos hechos junto a los otros detenidos este viernes por la mañana y deberá cumplir una pena mínima de cuatro años de prisión.

El hombre detenido cuenta con un antecedente por encubrimiento, pero ni él ni su pareja tienen antecedentes por este tipo de delito que se les atribuye ahora. Para las imputaciones, Ocariz destacó que “hay pruebas en escuchas telefónicas por testimonios de las víctimas que fueron rescatadas”, y no descartó que hubiera más detenidos en el futuro.

Aguirre estimó que “las mujeres que trabajaban en el local serían unas diez en total: como el negocio abría el primer turno de 8 a 15 (horario en que fue el allanamiento) y luego el segundo turno hasta las 22, ya que por la tarde es mayor el movimiento”.

Las condiciones del local “eran precarias pero no en extremo” puntualizó el fiscal, quien además recordó que “cuando se allanó el local de Rosario, donde fueron rescatadas las cuatro mujeres, había ingresado un potencial cliente que solicitaba el servicio de prostitución.

La situación de las cuatro mujeres rescatadas

Las cuatro mujeres que fueron rescatadas tienen entre 20 y 35 años, y son oriundas de diferentes localidades: una de San Nicolás, una de Pueblo Esther, otra de Rosario y la última de Villa Gobernador Gálvez. Fueron revisadas tras el allanamiento y se encontró que todas estaban en buen estado de salud.

Todas manifestaron que trabajaban allí por propia voluntad, “entraban y salían las veces que querían, nadie las obligaba a nada y estaban en buen estado de salud”, aseguró el fiscal Ocariz. A pesar de la asistencia del Instituto de la Mujer con profesionales y recursos, ninguna pidió alojamiento y todas retornaron a sus viviendas.

Las cuatro dieron declaraciones en la primera entrevista, y declararán en la causa nuevamente. Lo difícil será para la investigación que lleva adelante el fiscal Matías Ocariz dar con las demás mujeres, ya que la subdirectora de la Agencia de Trata precisó que “todas se conocen por el nombre ficticio, de fantasía, por lo que no tienen forma de contactar a las demás aunque colaboren con sus declaraciones”.