Si bien la tapa del diario se la lleva Maxi Rodríguez por haber convertido el gol, las manos de Pocrnjic fueron la figura del partido al tapar pelotas clave. Una victoria agónica que tuvo los siguientes rendimientos.

Luciano Pocrnjic: figura excluyente del partido. Intervenciones claves en el primer tiempo para mantener con vida a Newell’s. Volvió al club para ser el tercer arquero y se adueñó sin objeciones con el puesto.

Franco Escobar: se le complicó un poco en el arranque pero se fue acomodando y redondeó un buen partido. Le faltó trasladarla menos cuando pasó al ataque.

Fabricio Formiliano: un gran cierre en el primer tiempo cuando Marco Ruben se prestaba a definir. Cumplió hasta que otra lesión muscular lo obligó a dejar la cancha.

Néstor Moiraghi: estuvo a la altura del clásico. Lo jugó con actitud y concentración de principio a fin. Ganó de arriba y se impuso en los duelos individuales. Y no se pone colorado si la tiene que revolear.

Nehuén Paz: su prioridad era la marca y se abstuvo a cumplir con eso. Sólo cruzó la mitad de cancha para ir a buscar un cabezazo. 

Diego Mateo: caminó por la cornisa durante todo el primer tiempo por jugarlo al límite. No escatimó esfuerzo ni entrega. Chocó, trabó, luchó. Contagió desde una actitud inagotable.

Facundo Quignón: perdido durante el todo el primer tiempo, mejoró un poco en el complemento cuando se paró más adelante y le puso algo más entrega a su juego.

Héctor Fertoli: arrancó por derecha tapando las subidas de Cristian Villagra y después pasó a la izquierda a hacer lo mismo con Paulo Ferrari. Ese trabajo lo ejecutó obedientemente. Le faltó largarla más rápido cuando la tuvo en los pies.

Mauro Formica: le costó agarrar la pelota en la primera parte, pero igualmente hizo un gran sacrificio para presionar la salida canalla. Encontró más espacios y tiempo en el complemento y pudo generar algo más de juego.

Maxi Rodríguez: arrancó como volante y le costó entrar en partido. Después pasó de nueve y tampoco le salieron bien las cosas. Pero se visitó de héroe en la última pelota de la tarde y desató el festejo leproso en Arroyito.

Joel Amoroso: no le falta predisposición para el ida y vuelta ni estado físico para correrlas todas o presionar al rival. Pero le cuesta mucho terminar de forma acertada sus intervenciones ofensivas, incluso cuando tiene espacios para explotar su velocidad.

Luis Advíncula: entró tras la lesión de Formiliano. Le dio algo de aire al equipo por derecha y también puso firmeza en los mano a mano.

Jalil Elías: entró para oxigenar un mediocampo que ya estaba cansado.

Mauricio Tevez: ingresó en el final y casi no entró en juego.

Diego Osella: su mayor virtud fue acomodar al equipo en el segundo tiempo para dejar de sufrir como lo hizo en la primera parte. Aunque a la Lepra le sigue faltando juego asociado, sigue haciendo alarde de una alta efectividad con la que ayer cortó la racha. Sigue invicto y está segundo. No todo es casualidad o producto del azar.