El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva volvió a coquetear con la chance de ser candidato a la jefatura del Estado para "sacar al país del lodazal en el que se encuentra" y acusó a los "golpistas", como llama a los integrantes del gobierno de Michel Temer, de haber "llevado el país a la bancarrota".

Según el líder del Partido de los Trabajadores (PT), durante un acto anoche en Brasilia ante el Congreso del sindicato de trabajadores de la educación, "el golpe", como llama al juicio político que destituyó a la presidenta Dilma Rousseff en agosto, "fue realizado para destruir las conquistas" de los últimos 12 años.

"Prepárense para la lucha. ¿Quién va a sacar a Brasil del lodazal en el que se encuentra?", dijo el ex mandatario, de 71 años, y encontró por parte de la platea y los dirigentes el grito de "Brasil, Urgente, Lula Presidente".

Procesado en cinco causas, tres de ellas por acusaciones de corrupción y obstrucción judicial en la Operación Lava Jato, Lula ha comenzado 2017 con un perfil alto de candidato, ya que además de haber sido el presidente más popular de la historia en su gestión (2003-2010), las encuestas lo ubican como favorito para los comicios de 2018.

"Que se preparen, porque si vuelvo a ser candidato a presidente será para hacer mucho más de lo que hicimos", dijo el ex mandatario, que repasó que durante su administración se abrieron 18 universidades y 121 extensiones universitarias.

Durante su discurso, un grupo del sindicato de docentes que responde troskista PSTU repudió la presencia de Lula en el acto. A ellos, el líder metalúrgico les recomendó que "lean bien la Historia".

Lula sugirió buscar una narrativa para explicar la caída de Rousseff y afirmó que ella "no quebró el país", como sostiene la antigua oposición, hoy aliada de Temer.

"No podemos aceptar que los golpistas digan que Dilma quebró el país. Deberían tener el coraje de decir que Dilma se equivocó al dar incentivos a las empresas para mantener el empleo. Ella no quebró el país. Los que llevaron el país a la bancarrota fueron los golpistas que no dejaron gobernar", dijo.

El ex presidente afirmó que el problema de Brasil es la "credibilidad" para enfrentar la recesión económica y también que el gobierno actual no haya sido elegido, además de meterse en la discusión sobre la crisis penitenciaria en el país.

Lula dijo que "mientras están ajustando en la educación, el gobierno ahora quiere construir más presidios".

"Los jueces tienen al 40% de las personas presas sin sentencia. Las cárceles se llenan porque es más fácil detener a un pobre que robó una gallina que darle educación. Cuando el sale de la cárcel, lo hace siendo un delincuente", advirtió. Lula reiteró que su pedido de elecciones directas, incluso en 2017, aunque el calendario electoral marca que la sucesión de Temer, el ex vicepresidente de Rousseff, deberá definirse en octubre de 2018.