Finalmente el tercer sospechoso detenido en las últimas horas por los atentados en Bruselas, no era la persona buscada. La policía se equivocó al arrestar a una persona que confundió con Najim Laachraui, quien aparece en una foto junto a los que se cree que son dos atacantes suicidas arrastrando unos carros con equipajes, tomada por las cámaras del aeropuerto momentos antes de que se produjeran dos deflagraciones.

Los medios belgas que habían anunciado un arresto en conexión con los atentados en Bruselas se retractaron y afirmaron que el detenido no es el sospechoso buscado como partícipe del ataque. El apuro por tener la primicia, sumado a la celeridad de la información en estos casos, hizo cometer el error de publicación.

Pero el primer responsable fue la policía, que confundió gato por liebre o lo atrapó por las dudas. Queda demostrado que este furcio no discrimina fuerza policial en el mundo, se produce en todas las latitudes, ya sea Santa Fe, Bélgica o en Singapur.     

Incluso, la policía no quiso hacer comentarios y anunció una conferencia de prensa para las próximas horas. ¿Excusas o explciaciones?