María Vázquez era una arquitecta de 42 años, felizmente casada y con un niño de tres años. En ese submundo que es Twitter, era más conocida como @kireinatatemono. Fue en esa red social donde, en septiembre del año pasado, decidió contar sin tapujos lo que le pasaba: le habían descubierto un cáncer de ovarios que hizo metástasis pese al tratamiento con quimioterapia que recibió.

Y María (Marie, como la llaman sus amigas, sus “soldadas”), lo hizo con absoluto desparpajo, mucho humor y una valentía admirable. “Kimmy Oh” le llamó ella al duro tratamiento que recibió y padeció su cuerpo. En Twitter pudo contar cómo sobrellevaba cada dolor, cada cambio en su cotidianidad a raíz de la enfermedad, cada esperanza y desazón.

Y fue en Twitter también donde, el 21 de abril de este año, su marido avisó desde la cuenta de Marie su muerte, lo que generó una conmovedora reacción de miles de personas que empatizaron con su tenaz lucha.

Pero la muerte de Marie no fue el punto final de su historia. Sucede que durante los siete meses de su pelea contra el cáncer, decidió escribirle un cuaderno a su hijo Nippur (llamado así por el fanatismo de su padre con el guerrero antiguo Nippur de Lagash, la legendaria historieta de Robin Wood), como una suerte de legado escrito. De ese artesanal e íntimo cuaderno, surgió el libro El cuaderno de Nippur, que la editorial Planeta acaba de publicar, tal como se anunció desde la cuenta de Twitter de Marie, que permanece abierta “in memoriam”.

Tweet de María Marie

“El libro surgió para que ella pueda dejarle algo a Nippur para que la conozca. No algo como todos los muertos le dejan a su hijo, sus fotos, su ropa, recuerdos, sino algo que ella preparó para él, para el Nippur chiquito que no iba a poder tener, cuidar, mirar”, le cuenta a Rosarioplus.com Vanesa Alegre, la mejor amiga de Marie.

Marie fue escribiendo el libro desde que salió de la operación en el primer sanatorio, continuó en su casa, y siguió hasta sus últimos días, ya en el Sanatorio de la Providencia, aun en los momentos en que su cada vez más frágil estado de salud casi se lo impedía. “De hecho, se nota en la letra el deterioro y  el dolor del cuerpo que escribe”, apunta Vanesa.

Una de las artífices de que ese cuaderno íntimo se convirtiera en libro es otra “soldada” de Marie, su amiga Mariana Pérez. “Leí el cuaderno (todavía inconcluso) en el sanatorio donde Marie pasó sus últimos días. Tuve que endurecerme para leerlo delante de ella, que ya sabía que se moría. Mientras leía, por debajo de la conmoción que no tenía que mostrar, una voz me susurraba ‘es publicable, es re publicable, es recontra publicable’

“Como vivo en Berlín, todavía no leí el libro. ¿Cómo termina? ¿Se salva la madre? ¡Plop!”, bromea Mariana. La humorada hubiese sido aprobada por Marie, quien hizo de su humor ácido una receta infalible para sobrellevar con entereza su agonía y, más de una vez, poner en caja a algún seguidor desubicado.

“El libro desborda de gracia, inteligencia y sutileza. El dolor aparece en el trazo cada vez más difícil, en lo que no se dice por debajo de lo mucho que, por suerte, sí se dice. Porque este libro, como todo lo que escribió y dibujó Marie desde que se enfermó, está en lucha declarada contra el tabú del cáncer y la muerte, pero las palabras y las imágenes que elige para contar esta historia son de una delicadeza y un cuidado infinitos”, describe Pérez. “Conserva la esencia de Marie: alegre, inteligente, ácido, con un amor por la vida muy único”, agrega Vanesa.

Alegre resalta el trabajo de edición realizado por Planeta. “Trataron al libro como un tesoro. Varias personas le dijeron a Sebas (el marido de Marie) que era el libro más importante que habían hecho en sus carreras, realmente nos hicieron sentir eso. No hubo ninguna lucha que dar, nada que negociar, se respetó todo el cuaderno, tal cual es”, señala.

Sensaciones

Para sus amigas, su familia, la publicación del libro a poco más de seis meses de la muerte de Marie produce infinitas sensaciones encontradas. “A mí me entristece tanto no por lo que es el libro en sí sino por lo que representa su publicación para los que conocimos y quisimos a Marie”, apunta Mariana, quien reconoce que “hay algo del trabajo de duelo que se va cerrando con el libro en las calles. El talento de Marie empieza a ser reconocido. No es un consuelo ante su ausencia pero no deja de ser algo justo”.

Para Vanesa, en tanto, el libro es “todo lo que yo como madre quisiera decirle a mi hijo si me muero, dicho de otra forma, dicho a su forma”. “Está todo lo importante de la vida: los seres queridos, las boludeces, los consejos importantes, el amor que siente por él y él por ella. Le habla del padre, los abuelos, los bisabuelos. Pone stickers y cartitas de la gente que la quiere”, cierra.

Un prólogo conmovedor

Como ya se dijo más arriba, el hijo de Marie y Sebastián fue nombrado Nippur en honor del personaje de la legendaria historieta de Robin Wood. El propio Wood escribió el prólogo del Cuaderno de Nippur, un conmovedor relato digno de la prosa del historietista nacido en Paraguay.

“Marie cae mortalmente enferma, cuando el niño Nippur cuenta con apenas dos años, y debe permanecer en cama, en tratamiento, hospitalizada… Otra batalla comienza, y en ésta ella es la heroína. No se rinde, aunque sabe que no podrá vencer al terrible enemigo. Compila este maravilloso libro para su hijo, para que aprenda que la valentía es eterna porque el recuerdo la rescata siempre. Es su canto de cisne y su legado de amor para los suyos”, dice en uno de los párrafos y cierra: “Coloco una flor en su recuerdo, e imagino a mi héroe recibiéndola en otro mundo de valientes y bendecidos”.