El sumo pontífice de la Iglesia Católica se reunió con el primer mandatario argentino, en una reunión que dejó conforme a Macri con la promesa de una visita de Francisco al país. Sin embargo las conclusiones del Vaticano fueron mas escuetas, y Francisco no se mostró demasiado cómodo con su coterráneo.

"Buenos días señor presidente ¿cómo le va", recibió Francisco a Macri a las 9.37 de Roma (5.37 hora Argentina), antes de comenzar una reunión a solas. "¿Cómo le va Francisco? Un gusto", respondió el mandatario, seguido de un "avanti" el Santo Padre lo invitara a pasar al lugar de la reunión que se extendió por 22 minutos.

Poco después, el Vaticano envió un comunicado poco detallado que tildó el momento como “muy cordial”, mientras el presidente Mauricio Macri se mostró “muy contento del encuentro de dos viejos conocidos porteños que ahora vuelven a verse en una situación diferente", y aseguró que el pontífice le anticipó que vendrá "cuanto antes" a visitar el país.

Tras el encuentro entre ambos, el sumo pontífice saludó a la primera Dama Juliana Awada y luego al resto de la delegación. Uno por uno, Francisco fue estrechando las manos del gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, el de Salta Juan Mauel Urtubey y la de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, quien saludó con un beso al Obispo de Roma.

También saludaron al Pontífice el jefe de Gabinete Marcos Peña, la canciller Susana Malcorra, el embajador ante el Vaticano, Rogelio Pfirter, el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, el secretario de Culto Santiago de Estrada, y el vocero presidencial Iván Pavlovsky.

El mandatario se reunió 22 minutos con el Sumo Pontífice, quien le regaló un medallón con un olivo que “une lo que está separado". Sobre este presente, Francisco precisó que “los jefes de Estado me gusta regalarles esto”.

Además, el pontífice le entregó a Macri un ejemplar de la encíclica Laudato Si' y uno de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, que "son sobre el cuidado del medio ambiente y la doctrina social de la Iglesia", describió.

Por su parte, el primer mandatario argentino entregó al Pontífice un poncho, una Cruz de Matará y una colección de 12 discos compactos "con nuestra música", como le describió.