Las fuerzas iraquíes lanzaron este lunes la ofensiva para recuperar Mosul, la mayor ciudad bajo la férula del Estado Islámico (ISIS) y desde la que Abu Bakr al Bagdadi proclamó su Califato hace dos años. Es una operación militar de una envergadura sin precedentes desde la invasión estadounidense de Irak en 2003.

El primer ministro iraquí Haider al-Abadi, flanqueado por altos jefes militares, se dirigió a la nación a través de la televisión iraquí para informar al país de que había ordenado el comienzo de la ofensiva.

"El momento de la victoria ha llegado", "Hoy he declarado el comienzo de esta victoriosa operación para libraros de la violencia y el terrorismo del Daesh", afirmó al-Abadi

La operación militar para reconquistar Mosul, la segunda población más grande de Irak, que llevaba en control del EI desde junio de 2014, había sido planeada desde hacía meses. Antes del comienzo de la operación se lanzaron sobre la ciudad miles de panfletos advirtiendo a los ciudadanos que el comienzo de la ofensiva armada era inminente.

Cuentan además con el apoyo aéreo de la coalición internacional contra el ISIS, nominalmente formada por 60 países, pero que en la práctica consiste sobre todo de Estados Unidos, con la ayuda de Reino Unido y Francia

Se desconoce el número de habitantes que continúan en Mosul, pero contaba con dos millones de ciudadanos cuando el EI se hizo con su control. Fue desde esta ciudad desde donde el jefe el EI, Abu Bakr al-Bghdadi declaró el califato en el territorio controlado por este grupo en Irak y Siria.

La Policía Federal iraquí había terminado el domingo el despliegue de sus tropas en la localidad de Al Qayara, al sur de Mosul, de cara a la operación militar contra el EI.

También el domingo, los rebeldes sirios, apoyados por las fuerzas turcas recuperaron el control de la simbólica localidad de Dabiq, menos de 24 horas después de haber lanzado una ofensiva para expulsar a los yihadistas del EI de la misma.

La ONU emitió una alerta humanitaria por los refugiados. La organización estima que podrían ser entre 200 mil y un millón los desplazados que genere esta batalla, y los campos habilitados en la zona no tienen capacidad para albergar a tanta cantidad de personas.