Después de un par de postergaciones, finalmente Rosario podrá disfrutar de la cuarta edición de la Fiesta del Helado Artesanal, que se realizará este sábado y domingo en el Parque Nacional a la Bandera. Para el sector, el evento es visto como el puntapié inicial de una temporada estival en la que depositan todas sus expectativas. Para ello, además de los sorteos y los espectáculos, habrá un atractivo extra: raros y locos gustos experimentales con los que cada heladería buscará sorprender a quienes se acerquen al evento.

Los heladeros rosarinos sobrevivieron a un largo y crudo invierno. Y la llegada de la primavera y los primeros calorcitos despiertan las expectativas de una temporada que les devuelva los buenos niveles de ventas. Aunque no se evidenciaron cierres de sucursales, y el tarifazo eléctrico pegó aunque lograron algunas medidas para bajar el impacto, las bajas temperaturas hicieron bajar el consumo y la llegada del calor se vuelve una necesidad que aguardan con ansiedad.

Se sabe, cuando las ventas bajan se agudiza el ingenio. “El cliente va evolucionando y el negocio tiene que evolucionar también, se han cambiado las formas de servir el helado, los envases y hasta los gustos”, apunta Andrés Ríos, presidente de la Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal (Cicha), en diálogo con Rosarioplus.com. Por eso, por reglamento este año cada una de las 20 heladerías que participarán de la fiesta deberán presentar dos gustos de los que no ofrecen habitualmente en sus mostradores.

Así, el menú se ampliará con opciones diversas y, hay que decirlo, un poquito polémicas: helados de red bull, fernet con coca, arroz con leche, queso y dulce, campari con naranja, gancia, daikiri con durazno, caipirinha y hasta ¡roquefort!, entre otros, estarán disponibles para los paladares más aventureros. “Muchos usan la fiesta para testear y ver qué impacto tiene cada gusto nuevo en la gente, y de ahí decidir si luego lo vuelca en su local”, explica Ríos.

Más allá del éxito o no que tengan los nuevos gustos entre los asistentes a la fiesta, los antecedentes avalan las buenas expectativas de los heladeros respecto a esta cuarta edición: el año pasado, más de 70 mil personas consumieron alrededor de 5 mil kilos de helado durante los dos días que duró el evento. 

Después de la fiesta, los heladeros esperan un verano caluroso y a puro helado. “Tenemos muy buenas expectativas para este verano, siempre va a depender del clima, pero nos estamos ocupando para posicionar fuerte a Rosario como capital del helado artesanal”, cerró Ríos.