Los mecanismos y, sobre todo, los objetivos de la censura en las redes sociales fueron tema de debate en los últimos meses. En el marco del llamado Tetazo, por ejemplo, muchos usuarios cuestionaron que Facebook diera de baja fotos con pezones incluso cuando se trataba de madres amamantando o de instructivos para realizarse auto-test preventivos del cáncer de mama. En esta línea crítica se ubican las artistas visuales Molly Soda y Arvida Byström, curadoras del libro que recopila más de 300 imágenes censuradas, en este caso, por Instagram.

Pics or it didn't happen (una frase muy de internet que se traduciría como "Si no hay fotos, no pasó") es el título del volumen que la dupla sacó recientemente a la venta y que está dando que hablar en todo el mundo. Es que el contenido allí compilado tiene en común el haber sido considerado "inapropiado" por la red social Instagram. Las imágenes fueron enviadas por los mismos usuarios censurados, con su consentimiento. Algunas pertenecen a las mismas curadoras del libro. Algunas son simplemente "selfies" sugerentes, otras son grandes producciones. 

La imagen corporal, el sexo, la menstruación y la privacidad son algunos de los ejes sobre los que usualmente opera la censura. "La mayoría son imágenes femeninas", aseguran las autoras en el prólogo del libro. Pero también incluyeron material prohibido relacionado con temas raciales, grupos marginados y sexualidad. "Este libro va más allá del feminismo. Es sobre internet y sobre cómo la sociedad percibe los cuerpos y cómo regulamos eso", puntualizó Soda en diálogo con la prensa británica.

Es que todo empezó al nivel de la indignación personal. Luego de ser censuradas varias veces ellas mismas por Instagram, las artistas decidieron pedir a sus seguidores (entre ambas cuentas suman más de 200.000) que les enviaran imágenes que la red social había dado de baja. Pronto se hicieron con un arsenal de material que, consideraron, en muchos casos tenía "alto potencial artístico, testimonial, documental o político".