Luego de dos años, la organización de defensa de los animales Peta y el fotógrafo británico David Slater llegaron a un acuerdo extrajudicial para resolver una larga disputa en torno a quién le corresponde el copyright de una selfie que se hizo un mono.

El conflicto giraba en torno a los derechos de propiedad de la foto que se tomó el mono Naruto en la isla indonesia de Sulawesi en el año 2011. Slater había dejado una cámara sobre un trípode y el animal se acercó y apretó el obturador.

La imagen, que muestra a Naruto mirando a la cámara y sonriendo, dio la vuelta al mundo. En 2015, Peta demandó al fotógrafo en nombre del mono reclamando los derechos y el caso fue tratado en una corte de San Francisco (Estados Unidos).

Finalmente, la demanda fue zanjada mediante un acuerdo entre ambas partes en el que Slater acepta destinar el 25% de sus futuros ingresos por la selfie a organizaciones benéficas que se ocupan de proteger a Naruto y al resto de monos en Indonesia.

"El caso histórico de PETA generó un debate a nivel internacional sobre la necesidad de extender los derechos fundamentales a los animales para su propio bien y no en relación a cómo pueden ser explotados por los seres humanos", manifestó el abogado de PETA, Jeff Kerr.