Hace sólo unas semanas llegó a la gran pantalla la segunda y esperada película de la saga de Cincuenta sombras de Grey. Miles de fanáticos, entusiasmados con las tramas de los libros llevados al cine y protagonizados por Jamie Dornan y Dakota Johnson, acudieron a las salas a ver esta última entrega de esta historia de amor y sexo.

Hasta ahí todo bien. El problema, al menos para los bomberos londinenses, vino después. Es que parece ser que muchas osadas parejas se tentaron con algunas de las escenas del film, y se propusieron realizarlas en casa.

Pero claro, no entendieron que la realidad siempre supera la ficción, en este caso, para mal. Así fue como las emergencias británicas empezaron a atender cada vez más situaciones extrañas: personas atrapadas con las esposas o complicaciones relacionadas con diversos objetos sexuales.

Tanta fue la avalancha de llamadas que los bomberos se vieron obligados a difundir, a través de la web oficial del departamento, una petición a las parejas para que eviten imitar las escenas de la película.

“En este caso, puede tener consecuencias graves y reales, además de crear una situación violenta, como las nueve veces que el cuerpo de bomberos acudió a ayudar a hombres con un anillo atascado en el pene”, reza el texto oficial.

Y para los que piensen que todo este entusiasmo sexual del Reino Unido podría ser sólo coincidencia, ahí van los datos: con la primera película, estrenada en el año 2015, se realizaron 15 intervenciones para liberar a personas que se habían quedado atrapadas por unas esposas, pero este año ya van 27 a solo unas semanas de su estreno, casi el doble.