Actitud, entrega y amor propio. Newell's se propuso cerrar rápidamente las heridas del clásico y lo logró con un impensado 5-0 sobre Racing en el Parque de la Independencia. La gente y el equipo se reencontraron después de mucho tiempo y parece que hubo reconciliación. 
Aquí, el repaso de las individualidades.

Ezequiel Unsain: anda inseguro. Evitó complicarse en remates que no llevaban demasiado peligro y que antes atrapaba con facilidad. Muy impreciso con los pies.
Marcos Cáceres: en la marca, prolijo y ordenado. Y atento para los cruces. No aportó mucho en ataque. 
Fabricio Formiliano: muy sólido. Se impuso en el juego aéreo y en el uno contra uno no perdió. Sus intervenciones fueron casi siempre positivas. 
Sebastián Domínguez: no tuvo problemas en el duelo con Lisandro López. Abortó un par de avances de Racing con seguridad. Con el partido resuelto, apareció en posiciones ofensivas.
Emanuel Insúa: abrió el camino a la victoria con un soberbio cabezazo. Pasó al ataque en forma permanente. 
Luis Advíncula: hizo un gol y asistió en otros dos. Arrancó contenido hasta que entendió que por su lado había muchas facilidades. Buen recorrido, tiene técnica y no le escapa al roce. 
Diego Mateo: el abanderado de la recuperación del equipo.  Es contagio puro. Da todo lo que tiene. En la marca ganó siempre, estuvo bien en la distribución y hasta se mandó una habilitación desde lejos para Advíncula. Y dejó bien en claro que está para jugar.
Denis Rodríguez: no estuvo tan preciso y por momentos pecó de individualista. Igualmente tuvo mucha entrega. 
Maxi Rodríguez: si no la tenía, corría para recuperarla, incluso tirándose a los pies. Hacía rato que no se lo veía correr tanto. Su segundo gol fue pura gambeta dentro del área. 
Ignacio Scocco: no le quedaron opciones en un partido en el que Newell's goleó. Rotó posiciones con Maxi y por momentos quedó como volante. Le costó gambetear. Dio una mano importante en el retroceso.
Lucas Boyé: no tiene problemas en bancársela contra dos o tres defensores. Sabe usar el cuerpo y tiene mucha potencia. Le falta mayor decisión para patear al arco. 
Mauro Formica: ayudó a que el equipo tuviera la pelota y tuviera mayor volumen de juego. 
Lucas Mugni: trató de involucrarse en el circuito ofensivo del equipo. 
Hernán Villalba: entró para que ovacionaran a Mateo.
 

Juan Pablo Vojvoda: hizo las cosas simples. Un equipo sin innovaciones tácticas ni improvisaciones posicionales. Vivió el partido con bastante intensidad hasta el tercer gol. Ahí se sentó a disfrutar.