En Maderas Tenis, un club privado que tiene ocho canchas de tenis situado frente a Villa Banana, funciona una escuelita para chicos carenciados de la zona. La iniciativa surgió hace algunos meses a través del profesor de tenis, Emilio Grassino, quién después de haber dado un cambio de rumbo a su vida -hasta entonces era gerente de una importante cadenas de hoteles- decidió abocarse a su gran pasión que era la raqueta.

Largó todo, se anotó en el profesorado oficial de la Federación Santafesina y mientras tanto comenzó a desarrollar su faceta solidaria. Habló con las propietarias del club y les planteó su propuesta: una escuela de tenis para los chicos de escasos recursos. De inmediato contó con el apoyo de las dueñas del predio, que cedieron sus canchas sin costo para que el proyecto pudiera llevarse adelante. 

“Desde adolescente sentí la necesidad de involucrarme con la realidad, lo hice muchas veces desde distintos lugares. Después, el trabajo me fue quitando tiempo y lo deje. Pero cuando comencé a ir a jugar al tenis a Maderas y viendo lo que pasaba a mi alrededor con los chicos carenciados del barrio, me pareció que mi aporte a nuestra realidad lo podía hacer desde el tenis, que tanto amo”, dijo Grassino en relación a su iniciativa y agregó: “Hace años, cuando fui secretario de Deportes del club de mi pueblo, Chañar Ladeado, conocí la fuerza que tiene el deporte como herramienta para la educación y formación de valores y me pareció que tenía una buena oportunidad para ponerlo en práctica”.

Así fue como Emilio comenzó de a poco a difundir por la zona que los chicos interesados en practicar tenis podían hacerlo de manera gratuita. Invirtió una importante suma de dinero para comprar las pelotas de baja compresión necesarias para esa etapa del aprendizaje –Roja, Naranja y Verde-, así como en elementos propios para la actividad. Las mini-redes, de menores dimensiones a las habituales, todavía no las pudo adquirir debido al alto costo, pero improvisa con unas sogas “que por ahora vienen a la perfección”. La solidaridad no se hizo esperar y muchos donaron sus raquetas viejas o zapatillas en desuso.

“El primero en llegar fue Axel, de 14 años y así de a poco se fueron sumando. Hoy ya hay 20 chicos de todas las edades y niveles. En determinado momento, como yo solo no daba abasto invité a sumarse al proyecto a otros dos profesores que aceptaron con gusto. Las clases se dan en dos canchas los martes de 17 a 19”.

Todos los interesados en colaborar o acercar sus donaciones podrán ponerse en contacto a través de la fan page de Facebook: Emilio Grassino profesor de tenis y aquellos chicos que no tengan recurso para jugar al tenis podrán dirigirse directamente para consultar a Maderas Tenis: Avenida Presidente Perón, ex Godoy, esquina Servando Bayo.