Se llama Osinachi Christian Ebere, es nigeriano y tiene 18 años. Desde hace un par de semanas, el Alemán, como lo apodaron irónicamente sus compañeros, entrena con la reserva de Rosario Central. Y cuenta con buenas chances de ser fichado en los próximos días como nuevo jugador auriazul.

Con edad para jugar en cuarta división, Ebere llegó para probarse en Arroyito con un importante currículum. El volante ofensivo es campeón del mundo Sub 17 con su selección, logro obtenido en 2015, en Chile. En ese torneo, en el que jugó como titular en todos los encuentros de la competencia, Nigeria se coronó tras vencer en la semifinal a México por 4 a 2, con una conquista suya, y en el partido decisivo a Mali (2 a 0).

Bajo las órdenes de Leonardo Fernández, el moreno Ebere ya tuvo sus primeros minutos de fútbol con la reserva de Central. Esto sucedió el sábado pasado, en el marco de los amistosos jugados en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria ante Central Córdoba. Allí, el nigeriano expuso sus virtudes. Desde su potencia física, Ebere hizo diferencia como extremo por la izquierda, aunque su pierna hábil es la derecha. Además, mostró facilidad para lanzar centros con cualquiera de los dos perfiles. Y, pese al poco tiempo de trabajo con sus compañeros, se lo vio ensamblado en el funcionamiento colectivo.

“Estoy practicando desde hace varios días y me siento muy cómodo, estoy viviendo una muy buena experiencia, y me encanta Central”, señaló el africano. Asimismo, añadió: “Me sentí muy bien en el partido, conforme con mi participación y con el rol que me tocó en el equipo, pero, sobre todo, me voy muy contento porque ganamos”

Ebere no evidenció problemas para comunicarse con el entorno a través del lenguaje de la pelota. De todos modos, en los ratos libres, se apoya en algunos de sus nuevos compañeros para entender mejor lo que pasa a su alrededor. En este sentido, el defensor Nicolás Giménez apareció como el mejor predispuesto. El juvenil canalla, sanlorencino de origen, viene compartiendo con el nigeriano los fines de semana junto a su familia.

Mientras aguarda que se defina su futuro, Ebere permanece alojado en la pensión de la Ciudad Deportiva. Hace 30 días, dejó su Nigeria natal para probar sus cualidades en el fútbol argentino. Y después de entrenar 20 días en un centro de alto rendimiento ubicado en la localidad bonaerense de Canning, el africano se trasladó hasta Rosario para practicar en Central. Por estas horas, la dirigencia auriazul tomará una decisión respecto del futuro de Ebere. ¿Será auriazul?