En el recuerdo de los amantes del tenis quedó aquella tan querida “Legión Argentina” conformada por una extensa nómina de jugadores que nacieron entre 1975 y 1984 y que en la década del 2000 llevaron el deporte de la raqueta a la elite mundial.

La generación de oro del tenis nacional llegó a tener más de 20 jugadores entre los mejores cien del mundo, muchos de ellos durante ese periodo fueron top ten. Pero el mayor punto inflexión fue en 2005 cuando cuatro tenistas argentinos se ubicaron entre los diez mejores del mundo de manera simultánea.  Ellos fueron David Nalbandian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio y Mariano Puerta.

El talento de cada uno de los jugadores, así como el esfuerzo personal, el apoyo que recibieron algunos de ellos a nivel institucional y los beneficios de una situación económica que favoreció los viajes al exterior fueron algunas de las condiciones que cerraron una ecuación perfecta que se vio reflejada en el circuito mundial de tenis.

De aquella época a la actual, no queda ni el reflejo. Y no por los jugadores que se mantiene a puro esfuerzo en el circuito de la ATP, que al menos de alguna manera lograron conseguir sus primeros puntos profesionales en los torneos denominados Future, esos como los que se disputan una vez al año en Rosario y son el paso obligado para ingresar al circuito mayor. 

La situación actual para los que tienen condiciones y quieren ingresar cosechando sus primeros puntos profesionales en el país es prácticamente imposible. Hasta el momento, en la Argentina no se ha podido disputar ningún torneo de inserción por cuestiones económicas, ni siquiera en Latinoamérica, así lo confirmó el tenista Juan Manuel Ferrer, uno de los organizadores del Future de Rosario, que hasta el momento no tiene fecha en el calendario mundial.

“La situación es complicada, no hay torneos de inserción al profesionalismo en toda América del Sur, tampoco en la Argentina. Hasta hace un tiempo se realizaban como 15 en el país y los chicos podían ir sumando sus primeras unidades en el ranking internacional y algo de dinero para luego jugar torneos de mayor categoría en otras partes del mundo”, explicó Ferrer

“Ahora las cosas cambiaron, nosotros tenemos una fecha pedida para Rosario, juntamos con esfuerzo el dinero para hacerlo a través del apoyo de Federación Santafesina y de algunos sponsors, pero la Federación Internacional exige que se realicen tres en semanas consecutivas en el mismo país y ahí es donde radica el problema, porque en otras provincias no pueden realizarlo”, contó Ferrer en relación a la fecha local.

Otro de los inconvenientes por lo que se dejaron de organizar en muchos países este tipo de competencias, es que antes repartían 10 mil dólares en premios, los jugadores se quejaban de que era poco y desde la institución madre del tenis mundial subieron la apuesta a 15 mil. “Pero ese dinero lo deben poner los organizadores de cada Future, lo que complica aún más el panorama y la posibilidad de juntar plata para la puesta en marcha”, contó Ferrer y agregó: “Aquellos jugadores que tienen condiciones y se quieren dedicar ser profesionales, no tienen en toda Latinoamérica como juntar puntos y se deben ir a jugar a Europa, lo que no cualquiera puede hacer y se ven obligados a dedicarse a otra cosa”.

Juan Manuel Ferrer, que desde hace años juega de manera profesional para un club en Francia, relató que “allá la cosas son muy distintas, tenés torneos de inserción todas la semanas, en simultáneo, con dinero en premio y punto lo que te permite desarrollarte en el profesionalismo y juntar plata. Por lo pronto, nosotros no perdemos la esperanza que en septiembre podamos contar con el Future rosarino, porque es una manera de aporta con el tenis de nuestro país”, concluyó.