Este sábado. 11 uniformados de amarillo y negro pisarán el césped del Gigante de Arroyito y solo hará falta que el árbitro haga sonar el silbato para que todo sea historia. Alianza Sport no tiene mojón más importante en su vida que estos octavos de final de Copa Santa Fe. Y llega ahí con la idea fija, el olvido de los que pasaron y la espina del 2013.

“El lunes te acompañamos a sacar los pasajes para Santa Fe”, chicanea uno de los jugadores del plantel a Hernán Pastor, el presidente de Alianza desde hace más de cinco años. “Están convencidos. Los veo todos los días y están concentradísimos”, relata el presidente, quién hace poco estaba preocupado por evitar que los vecinos se salteen las rejas perimetrales y le usen la cancha sin permiso. Ahora tiene que reunirse con presidentes de primera de AFA y delegados del Ministerio de Seguridad. "No lo podemos creer todavía", confiesa.

La potencia deportiva entre los clubes está determinada por el billete. Pastor lo explica simple: “Serán pibes los de Central, pero son profesionales. Cobran por dedicarse a entrenar. Los nuestros salen de la fábrica o del comercio a las cinco y con la energía que les queda salen a entrenar”.

Los manuales modernos de entrenamiento físico lo subrayan: el descanso es parte del entrenamiento. Un buen descanso esquiva la sobrecarga en los músculos, se evitan lesiones menores, restaura el glucógeno (algo así como la nafta del deportista) y, por sobre todas las cosas, evita la fatiga mental. Los sábados a la mañana, algunos jugadores de Alianza Sport trabajan. “Para este sábado nos tuvimos que pedir el día, la mayoría de los jefes nos dejaron por suerte”, cuenta Ricardo “Chete” Ojeda, capitán de Alianza. “Si querés dedicarte de lleno al fútbol, o te vas al campo o la pegás en primera”, explica.

Desde Alianza no es fácil llegar a primera, pero todo club de barrio tiene un jugador del cual jactarse. Con la camiseta negra y amarilla raspó sus primeros rivales Américo Rubén Gallego, el Tolo. De ahí también surgieron Hernán Encina, Ángel Correa, Sebastián Cobelli, César Delgado y Guillermo Ortiz, según describe la Asociación Rosarina de Fútbol. “Si, pasaron por acá. Pero se olvidaron rápido”, cuenta Pastor con un tono que guarda dolor y decepción. “Angelito nos visitó alguna vez. El resto nada, salvo Guillermo, él que más recuerda su paso por acá”, completa.

“Cada vez que puedo me pego una vuelta, estuve tres años y debuté muy chico, tenía 15. Es mi club y mi barrio. Va a ser lindo lo que le va a pasar”, cuenta desde el otro lado del teléfono Guillermo Ortiz. El defensor, campeón con Newell’s en el 2013, no va a poder ver el partido. A esa hora juega con su equipo, Colón de Santa Fe, por el mismo certamen. “Sería muy raro que Colón y Alianza se encuentren en la final, pero ojalá que se dé”, fantasea.

Llegar a una final no es trámite simple para el club de Las Delicias. Si bien ya jugó alguna final, este partido de Copa Santa Fe será el partido más importante de su historia. “Hasta que el árbitro dé comienzo en el Gigante de Arroyito es la final del Torneo Ivancich de 2013 lo más destacado de los más de 50 años del club”, afirma Hernán Pastor.

Ese día Alianza empezó ganando, desde temprano. Marcó la diferencia a los 24 minutos del primer tiempo y la sostuvo toda el tiempo reglamentario. Pero el árbitro entendió que tras cumplirse los cuatro minutos adicionales estaba bien dejar que se ejecute el tiro libre en contra de Alianza. En esa jugada llegó el empate. Después los penales. Por último la derrota. La gloria fue para los otros. ¿Quiénes eran “los otros”? Central, que conseguía su onceavo Ivancich.

“Igual no hay sed de revancha. Ese partido se perdió y punto. Y no creo que ninguno de los chicos de Central estén el sábado en la cancha”, cuenta Ojeda, autor del gol en 2013. “Este del sábado es más especial, estamos muy motivados”, agrega y luego acepta que algunos compañeros están invirtiendo en moda para salir a la cancha contra Central: “Se cortaron el pelo, alguno compró botines…”, dice entre risas.

La diferencia de recursos, calidad, dedicación y presupuesto recortan las posibilidades de Alianza, al mismo tiempo que agrandan la épica de un posible triunfo. Pero su capitán, el “Chete” Ojeda, ya sabe qué va a decir en la puerta del vestuario antes del partido: “Que lo disfruten y jueguen a ser profesionales durante un rato, que no sea fácil de olvidar”.