El gobierno de Nueva Zelanda ideó un plan único en el mundo para poner fin al consumo de tabaco: un veto de por vida para las personas de 14 años o menos. La estrategia del gobierno de Jacinda Ardern busca elevar progresivamente la edad mínima para adquirir tabaco en un nuevo plan para cortar con esta adicción que implicará que los jóvenes de hoy nunca podrán comprar cigarrillos legalmente.

Actualmente, Nueva Zelanda prohíbe la venta de tabaco a menores de 18 años. Con la nueva ley, a partir de 2027 se elevará en un año cada año, impidiendo que la generación que en ese momento alcance los 18 no llegue nunca a poder comprar tabaco legalmente, dijo la ministra asociada de Salud, Ayesha Verrall.

La norma implica que 65 años después de su entrada en vigencia, la gente aún podría comprarlos, pero solo si demuestran tener al menos 80 años. En la práctica, las autoridades confían en que el consumo se haya desvanecido décadas antes.

El plan es que menos del 5% de los neozelandeses sean fumadores para 2025.

Otras partes del plan incluyen permitir solo la venta de productos de tabaco con niveles muy bajos de nicotina y reducir el número de comercios que pueden venderlos para reducir las probabilidades de que la gente se vuelva adicta. Los cambios se harían de forma gradual para dar tiempo a los minoristas a adaptarse.

“Queremos asegurarnos de que la gente nunca empieza a fumar (...) A medida que crezcan, ellos y las futuras generaciones nunca serán capaces de adquirir legalmente tabaco, porque la verdad es que no hay una edad segura para empezar a fumar”, argumentó.

Según Verrall, este plan mantiene a Nueva Zelanda en ejemplo de la lucha contra el tabaco, con acciones como prohibir los patrocinios de marcas de cigarrillos en deportes en 1990 o prohibir fumar en bares en 2004.

“Es un día histórico para la salud de nuestra gente”, dijo. “Fumar todavía es la principal causa de muerte previsible en Nueva Zelanda y causa uno de cada cuatro cánceres”, añadió.

La tasa de tabaquismo lleva años bajando en Nueva Zelanda. Ahora apenas el 11% de los adultos fuma, y el 9% lo hace todos los días. La tasa diaria entre indígenas maoríes sigue siendo mucho más alta, del 22%. Según el plan del gobierno, se crearía un equipo de trabajo para ayudar a reducir el tabaquismo entre los maoríes.

En los últimos años ya se han aplicado subas de impuestos a los cigarrillos, y algunos se preguntan por qué no se suben aún más.

Además, señaló, esas medidas tienden a poner una carga mayor sobre personas con ingresos más bajos, que son más propensas a fumar.

La nueva ley no afectaría a los cigarrillos electrónicos. La venta de esos productos ya está limitada a mayores de 18 años y su consumo está prohibido en escuelas.