Una problemática que se repite: un padre golpeó salvajemente a su hija tenista
Tras la salvaje agresión, distintas voces se alzaron en el mundo. Una especialista en la materia analizó este tipo de situaciones que generalmente comienza dentro del núcleo familiar.
La aberrante agresión de un padre a su hija tenista durante un entrenamiento que sucedió en club Estrella Roja de Belgrado, en Serbia, quedó expuesta esta semana gracias a un video que difundió el activista Igor Juric, quien lucha contra el maltrato el maltrato infantil en el deporte. Las imágenes que se viralizaron recibieron el repudio y la indignación en todo el mundo.
Todo ocurrió cuando, el padre y entrenador de una jugadora de 14 años, la agarró a golpes de puño, derribándola en el piso para continuar dándole patadas, por considerar que no se había esforzado lo suficiente durante la práctica.
Esta situación retrotrae a solo unas semanas atrás cuando el ex tenista Guillermo Pérez Roldán dejó expuesto en un documental el terrible drama que le tocó vivir junto a su progenitor, quien lo sometió a constantes agresiones durante toda su carrera. Golpes de puño, cintazos y hasta meterle la cabeza adentro el inodoro, fueron algunas de las tantas torturas a las que se tuvo que someter ante algún supuesto mal desempeño en la cancha.
Otro caso resonante en su momento fue el de Andre Agassi, quien odiaba al tenis debido a que su padre, a quien consideraba un tirano, había ejercido sobre él tanto violencia física, como psicológica. En su libro recuerda que le hacía golpear más de 2500 pelotas por día, algo así como un millón al año y llevaba un minucioso registro.
La ex jugadora Jelena Djokic, además de ser recordada como la ex número cuatro del mundo, también contó que vivió una pesadilla en los courts debido a los terribles abusos que sufrió por parte de su progenitor, quien también era su entrenador. Sus pesadillas se profundizaron tras retirarse del profesionalismo, llegó a pesar 120 kilos y estuvo a punto de quitarse la vida al querer saltar desde un piso 26.
Las historias se repiten, algunas se callan o se ocultas, otras quedan expuestas tal como ocurrió esta semana en Serbia. Una de las primeras voces que se alzó al respecto fue la de Gabriela Sabatini, quien en sus redes sociales expresó: “Indignación y repudio. Esto no debería seguir pasando".
El análisis desde el punto de vista profesional
Los adjetivos para la gente que pudo ver las imágenes son incontables y las voces de aberrante y repudio se replican. Pero cómo se analiza esta situación desde la mirada de los especialistas. “Este es un caso que se enmarca en el contexto de violencia familiar y esta situación nos lleva a pensar en qué le pasa a este padre que no puede tolerar que su hija que no gane o de que no juegue bien, en el tenis, como en cualquier otro deporte”, explicó la psicóloga Verónica Enseñat especialista en niñez y adolescencia, quien a su vez se encuentra vinculada al tenis y agregó: “Hay que analizar las proyecciones que hacen los padres sobre los niños que son deportistas. Cuando uno de los padres acompaña a su hijo a la práctica de alguna disciplina, no siempre es la decisión es del menor y muchas veces está influenciado por el adulto”.
“En determinadas situaciones para los padres es difícil darse cuenta primero si el niño tiene capacidad para ese deporte, porque a veces puede tener dificultades o puede no gustarle. Hay que saber que es lo que realmente el chico desea. Porque los padres proyectan sus propios deseos a ese niño. Entonces creemos que naturalmente le va a gustar, el tenis, el futbol, o el básquet, porque a nosotros nos gusta. Otro ejemplo podría ser que va a ser de tal cuadro, porque yo soy hincha de ese equipo”, detalló la profesional.
Nunca hay que dar por sentado determinadas cuestiones durante la niñez. “Tal vez al niño le guste practicar otro deporte, otra disciplina u otra activad, como música. Esta situación de proyectar sus deseos en su hijo, trasladada a personas que son violentas donde un padre le pega a sus hijos, no solo se va a dar en el plano de la cancha, seguramente puertas adentro también se da ese maltrato”.
“Muchas veces la violencia no es solo física, sino también verbal, cuantas veces uno escucha en la cancha sos un inútil, sos un burro, no servís. En el fútbol sucede que además estas cosas también se las dicen a nenes que no son sus hijos. Los padres se olvidan de que los niños están jugando, que son cuestiones más lúdicas, en los más chiquitos lo importante en esta etapa es que comprendan las reglas del juego y que disfruten”.
“Toda esta violencia que se ejerce sobre el niño o el adolescente en la cancha, me hace pensar que también es intrafamiliar. En las situaciones en que el padre es además entrenador, creo que en los circuitos debería existir alguna sanción para ellos, además de atender la problemática de la jugadora, como en esta oportunidad. Pero en la mayoría de los casos, estas agresiones no son visibles, aunque en esta ocasión quedó expuesta porque lo grabaron. También en muchos casos, empiezan a aparecer factores culturales, donde la agresión a las mujeres está aceptada”.
La problemática es muy compleja, pero todos los actores involucrados tendrían que comenzar a comprometerse y contener a los deportistas que pasan por estos graves hechos. “En el caso que las exigencias y presiones sean de un padre a su hijo, aquí es el entrenador quien debe estar muy presente tratando de ver que pasa con ese niño o adolescente”, concluyó.