La fiscal Valeria Haurigot, jefa del equipo que centraliza las investigaciones sobre balaceras en el Ministerio Público de la Acusación, señaló este viernes que esta serie de atentados con violencia explícita sobre comercios (hubo 4 tiroteos a estaciones servicio durante la semana) puede tener relación con alguna animosidad de crear incertidumbre y pánico social en vísperas de la elección de este domingo.

La sucesión de balaceras, y la falta de una exigencia de dinero concreta u otra prenda de cambio por parte de los pistoleros, lleva a pensar al equipo de fiscales en otras hipótesis menos simples que la extorsión lisa y llana. Y en ese marco –admitió la funcionaria judicial– la pista del boicot político a balazos no se descarta.

Haurigot reveló este viernes en una nota a Radio Dos que sus colegas reparan en que no hubo pedido de dinero a cambio en ninguno de los cuatro atentados que hubo contra estaciones de servicio en las últimas horas. La más reciente, y que encima tiene el probable condimento de la provocación a la autoridad, fue la que prodigó 11 balazos de madrugada contra la estación de servicio de Lagos al 5200, frente al ingreso principal de la Jefatura de la Unidad Regional II de Policía.

Fiscal Valeria Haurigot.
Fiscal Valeria Haurigot.

"Estamos ante lo que se considera intimidación pública, el afán de demostrar cierto poderío por parte de bandas criminales. Es una línea investigativa que manejamos. No se descarta esa relación (de las balaceras con la previa al acto electoral de este domingo). El hecho de no pedir una contraprestación a cambio de no balearlos, puede abonar esa conjetura", asumió Haurigot. 

Con todo, la fiscal puso el acento en la necesidad de ajustar controles en la gestión penitenciaria. La razón es que su equipo tiene relevado ya que el 90 por ciento de los ataques a balazos desatados en el último bienio en Rosario tiene por origen y encargo una celda de alguna de las cárceles en la provincia. 

"Hay que trabajar de manera coordinada Justicia, Municipalidad, Provincia, para ayudar en la prevención y en cuanto a la investigación hacer caso a los resultados: si tenemos que el 90% de los ataques salen desde las cárceles, hay que cambiar algo porque el sistema está fallando", dijo.

"No sé cómo se puede frenar este fenómeno de violencia, pero sí trabajar bien en investigación para que la causa judicializada ocuparse de que las sanciones sean lo más alta posible según el hecho, apelamos, requisamos las celdas para evitar que el delito se reproduzca", acotó. 

Y confirmó blanco sobre negro que "muchos de estos casos son el desenlace de conflictos territoriales en la venta de droga. Segundas o terceras líneas cuyos líderes están privados de la libertad y estas se quieren afiliar a una cierta banda. Y buscan esa pertenencia con armas de fuego", concluyó.