Osvaldo Biaggiotti tiene 50 años y se sabe, pese a su edad y trayectoria, parte de una renovación política. Es una de las caras nuevas en las boletas de estas elecciones primarias y asegura que apostar al recambio político tiene que ser para profundizar los procesos democráticos y contrarrestar otro signo de los tiempos: la antipolítica. “La cercanía y la transparencia son garantías de ese proceso. Lo otro es la antipolítica, que algunos políticos sostienen como bandera y es para mí un tiro al pie”.

Biaggiotti es delegado regional del Ministerio de Educación de la provincia y precandidato a concejal por la lista Elijo Rosario, del espacio de Marcelo Lewandowski. Consideró, en diálogo con este medio, que Rosario es una ciudad “degradada” y en la que se deberá trabajar para recomponer el tejido social roto. En ese sentido, apuesta a ocupar una banca en el Concejo para “sumar en términos operativos y ejecutivos” y no “levantar la mano cada tanto”. También destacó la interna peronista tanto local como provincial, marcando que queda claro que el trasfondo es la unidad, mientras que en la oposición “se están asumiendo como enemigos políticos, reeditando la grieta dentro de un frente electoral”. 

- ¿Cómo estás viviendo tu candidatura? ¿Cómo viene esta recta final?

- Es un desafío físico, psicológico, emocional. Indudablemente, una campaña implica estados de ánimo diversos de acuerdo a cómo uno va percibiendo cómo puede venir de mal o de bien, así que es toda una experiencia. Si bien tengo amplia experiencia en gestión, especialmente en gestión educativa y gestión de política pública educativa, es mi primera vez como candidato para un cargo electivo, de manera que es todo un aprendizaje. Lo estamos viviendo, sin embargo, con la tranquilidad de hacerlo bajo los criterios en que hemos aprendido a construir políticas en el espacio de Marcelo Lewandowski. Me da tranquilidad no tener que fingir nada. La campaña está siendo una suerte de fidelización de los vínculos y de los espacios de construcción política y comunitaria que ya hemos desarrollado.

- ¿Con qué ciudad te encontrás en esta campaña? 

- Te tiro luces y sombras, empezando por las sombras. Lo que vemos es que en toda la periferia y en muchos barrios, aún en barrios centrales, no hay cordón cuneta, hay basurales a cielo abierto,  la gestión de los residuos deja mucho que desear, el transporte urbano pasajero no presta el servicio que tiene que prestar. En la periferia, además, vemos una degradación total. Rosario está degradada en términos urbanísticos y sociales, de seguridad, de transporte, de servicios esenciales. Y también vemos la potencialidad desaprovechada que tiene Rosario que es la organización libre de la comunidad en los territorios. En el club, la biblioteca popular, las escuelas, las vecinales, las ONG, vemos una Rosario descuidada que hay que fortalecer para que a partir de esas entidades se empiecen a levantar los barrios de la ciudad y empezar a recomponer el tejido social roto. 

 - ¿Por qué tomaste la decisión de salir de un lugar de gestión para pelear por una banca en el Concejo? ¿Qué pensas que se puede hacer desde ahí? 

- En primer término, hacer la salvedad de que más que una decisión personal es una decisión colectiva. Hace tres meses yo no esperaba una postulación, pero cuando surge de una construcción colectiva, uno se debe a ese colectivo al que pertenece. En segundo término creo que sí, estaría dejando un cargo de la administración pública para dedicarme a una cuestión legislativa, pero te hago otra salvedad: nosotros creemos que desde los roles legislativos hay que sumar en términos operativos y ejecutivos, porque si no, es muy poco lo que un senador, un diputado o un concejal pueden aportar. Si se trata de presentar un proyecto de vez en cuando y levantar la mano en un sentido u otro, es muy poco. Nuestra línea de construcción política es la de Marcelo Lewandowski y Miguel Rabbia, que se involucran en la solución concreta de los problemas de la gente. Los dos recorren, están en la calle, escuchan las necesidades y plantean posibles soluciones golpeando la puerta que haya que golpear, sorteando los mostradores físicos y simbólicos que impiden la solución concreta de los problemas de la gente. Ese es el rol que yo quiero asumir en el Concejo Municipal. 

- Y además va a estar atravesado por tu trabajo en educación... 

- Sí, naturalmente. La educación ha sido mi pasión, mi vocación desde los 20 años y aunque alguna postura más bien esquemática o simplista dice que la educación es materia de provincia, nosotros entendemos que la educación pública entendida en sentido amplio es materia de todos los niveles del Estado y de todos los poderes. Por ejemplo, la Municipalidad le debe más de mil millones de pesos al Fondo de Asistencia Educativa (FAE). En eso nos tenemos que involucrar como Concejo Municipal, porque es una deuda enorme, que está hipotecando el futuro de nuestros chicos y chicas. Pero además hay mucho por hacer en términos de educación no formal, de capacitación en oficios en los barrios a partir de los clubes, vecinales, ONGs. Hay muchas iniciativas desde lo formal y lo no formal para fortalecer, insisto, el tejido social de los barrios. Así vamos a combatir la inseguridad. No hay seguridad posible sin educación presente desde todas las instancias del Estado y para todas las edades: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos y la tercera edad. Queremos trabajar en términos educativos y formativos de capacitación permanente con toda la franja etarias.

- ¿Cómo ves los distintos escenarios políticos de cara a estas Paso? 

- En el peronismo a nivel provincial estamos ante diversas expresiones de espacios con distintas tradiciones en términos de construcción política y de metodologías, pero con un trasfondo que es la unidad. Yo veo que la unidad sigue siendo una premisa que el peronismo no debe eludir y en ese sentido tengo la tranquilidad de la certeza de que se está asumiendo así. 

- ¿Y en la oposición? 

- Veo otra cosa. A nivel provincial estamos asistiendo a un juego de suma cero en el marco del cual se tiran con de todo y se están asumiendo como enemigos políticos cuando supuestamente iban a un frente dentro del cual comulgaban en algunos aspectos. Queda evidenciado que el Frente fue al solo efecto de pretender derrotar al peronismo. Y al fin y al cabo, como dice Marcelo Lewandowski, cada vez se evidencia más que son el agua y el aceite. De modo que veo una oposición destructiva. Eso la gente lo percibe y no lo quiere más. Es como la reedición de la grieta al interior de un frente. 

- ¿Y a nivel local?

- Creo que estamos sobrellevando una campaña donde cada uno da cuenta de su fortaleza, pone en valor su modo de construcción y donde hay un respeto recíproco muy marcado. No tengo demasiado tiempo ni energía con la campaña para analizar cómo es al interior de otras internas, pero la Paso del peronismo  a nivel de concejales se está dando de un modo muy decoroso y muy digno en términos de entender que es una instancia de construcción colectiva de una lista que va a salir a competir con los verdaderos rivales políticos. Nosotros no vivimos esto como una rivalidad, sino que es un procedimiento democrático de construcción colectiva de una lista electoral. 

- ¿Te sentís parte de una renovación política? 

- Me siento parte de un recambio generacional, aunque por supuesto que hay más jóvenes que yo. Yo tengo toda una trayectoria tanto en gestión pública como en militancia, pero en cierto modo me siento parte y creo que hay algunos indicadores de ese recambio que tienen que ver con el vínculo con la gente, con la transparencia en términos de quitarle opacidad a la rosca, a la operación. Creo que hay que transparentar los procedimientos, la línea de acción, que hay que estar menos en los despachos y más en el territorio. Yo en mi función de delegado regional no he dejado de recorrer las escuelas y al hacerlo, uno también recorre los barrios. Bueno, como concejal pretendo estar cerca de la gente. Creo que esa cercanía y esa transparencia son las garantías de que contrarrestemos otro signo de los tiempos: la antipolítica. Me parece que si apostamos por el recambio en términos políticos tenemos que profundizar estos procesos porque la otra cara es la antipolítica, que algunos algunos políticos sostienen como bandera y es para mí un tiro al pie. Como comunidad tenemos que reivindicar en todo caso otra forma de hacer política que no conjura en el riesgo de la antipolítica, que es lo peor que nos puede pasar en términos comunitarios.