El asesinato del joven arquitecto Joaquín Pérez en Arroyito la semana pasada y la masiva movilización posterior protagonizada por familiares y amigos de la víctima generaron un tembladeral político. Javkin posteó el domingo en sus redes sociales en un texto largo con el título “No quiero que todo pase” en el que apuntó hacia los gobiernos que manejan fuerzas policiales y reclamó la autonomía municipal, una deuda institucional de la provincia con los gobiernos locales.

Tweet de Pablo Javkin

Sobre la mirada del intendente rosarino y su pedido de discusión de autonomía para la ciudad y de esa forma poder contar con su propia fuerza policial armada, el criminólogo y docente de la UNR, Enrique Font señaló a Rosarioplus.com que estos planteos aparecen en momentos donde la coyuntura toma protagonismo con hechos resonantes. En ese sentido dijo que Javkin tiene de muchas otras cosas para ocuparse como la salud y la inclusión de los sectores vulnerables, abandonados de toda política social.  

“Desgraciadamente, es infrecuente que desde la gente con responsabilidades de gestión política aparezcan discusiones que aporten. Discutir una policía local ahora resulta muy efectista, y si bien uno no pondría reparos en que Rosario logre la autonomía y tenga su propia policía, la pregunta ahora es: ¿una policía local para qué ?, ¿sin Justicia local o con Justicia local? Tiene una complejidad este tema que tratado así no lleva a nada ”, advirtió el especialista.

“Javkin en vez de pensar en policía, tiene que pensar en mejores ambulancias, mejores centros de salud y más inclusión en los barrios, que no piense en policía y resuelva lo básico municipal. Cuando tenga resuelto eso, que comience a pensar en policía, y sino que gane la provincia. Uno en un municipio tiene muchas obligaciones como la inclusión social, la cultura, etcétera", cargó Font, en frontal disenso con el jefe municipal del Frente Progresista.   

Según sostuvo luego en torno a este debate, el continuo recurso a la policía como solución evade las preguntas sobre las políticas de seguridad. “Digo esto porque no hay saturación policial posible en el territorio que pueda prevenir homicidios cuando tienen cierto grado de organización, ni con un móvil cada cuatro manzanas como sugieren los vecinalistas. Las chances de que coincidan un patrullero policial con la efectiva ejecución de un homicidio, en el espacio y tiempo, estadísticamente es muy improbable”, observó.

Por otra parte, opinó que la Guardia Urbana Municipal (GUM) era una buena idea, pero “la arruinaron” desde el inicio. “En ese momento hubo que tomar una decisión y la verdad es que fue una frazada corta porque es el propio gobierno el que frustra las expectativas de la sociedad, cosas que no se van a poder cumplir. Con la GUM hicieron eso”, subrayó. Y cuestionó este aparente cambio de ese cuerpo de agentes urbanos: “Le cambió el nombre. Hacen mucho corte y pega de la web: policía de proximidad, empiezan a hablar de cosas que no entienden y pretender hacer eso con 160 tipos es tratar de vender algo y frustrarlo, en lugar de plantear cosas en serio. Veo muy degradada la discusión política en estos temas”.       

La solución, según el catedrático, pasa porque Rosario vuelva a construir la estructura de trabajo social en los barrios que “Lifschitz desmanteló cuando fue intendente", recordó. “No sé si era formidable, pero era algo. Se desmanteló y esto lo reconocen los mismos socialistas. Marco esto porque en una ciudad donde el nivel de desigualdad es muy visible por su escala. La gente que vive en los barrios más populares y trabaja de manera precaria en la Rosario incluida, en ese día a día lo que ve es un nivel de desigualdad muy grande ”, lamentó.

No obstante, argumento sobre la violencia urbana, que si se hace una biografía de los pibes que hoy están robando de caño en la ciudad existe un nivel de exclusión gigantesco que se incluye identitariamente en esa actividad pero que la realidad es que no tienen ni chances de laburar y están excluidos de la escuela. “Esto no voy a dejar de decirlo, lo que pasa que como no se hace, la situación es cada vez peor y la salida cada vez más difícil. Hace quince años parar la violencia en los barrios era más fácil de lo que sería ahora ”, opinó.

Para Font en esta campaña que comienza a calentarse hablar de inclusión parece que no junta votos. En ese marco puso en evidencia a quienes forman parte del Frente Progresista, que fueron a Medellín y Cali en Colombia, y “se llenan la boca hablando de todo lo que se hizo allí y después acá no mueven un dedo. Porque en realidad lo que se necesita en una transformación del mercado de trabajo que incluir ”. Pero cuando se sabe que se tienen ciertos niveles de desigualdad y polarización “hay que hacer algo al respecto. Los planes a escala (Plan Abre, Nueva Oportunidad) están muy bien, pero se tiene que sostener porque sin entran y salen no sirven para nada ”.

Por ultimo retomó el tema de prevenir el delito con más presencia policial para la ciudad y expresó: El patrullaje policial para eso no sirve, si sirve para poder dar una respuesta más o menos rápida y organizada que permita identificar a los autores, que hoy parecieran ser más efectivas los relatos de los testigos y lo que muestran las cámaras de seguridad ”.

Y manifestó además que hay estándares internacionales de cuántos policías deben haber por habitante. Conjuntamente como dato relevante precisó que muy importante saber cómo esta vista la fuerza por la sociedad, porque “si uno mira la encuesta y censo que hizo la UNL sobre la Policía de Santa Fe, que la propia policía reconoce, más del 70% de los rosarinos tiene una mirada negativa sobre la fuerza ”.

“En general la criminalidad que está causando preocupación en Rosario es un delito desorganizado, incluso el de las bandas es desorganizado, las ejecuciones y enfrentamientos son las periferias del narcomenudeo a cargo de organizaciones muy violentas y muy rusticas, con su cúpulas presas, con tiratiros muy precarios ”, aseveró en el final.