Los fondos comunes de inversión (FCI) son un instrumento financiero que les permite a las personas poner a rendir un monto de dinero de una forma simple a través del homebanking o alguna app de inversiones.

Los FCI se conforman al reunir los montos de varias personas que desean invertir. De esta manera, al juntar dichos fondos, las personas pueden obtener un mayor rédito de su inversión, que al hacerlo por separado. 

Se la considera una de las opciones más accesibles para quienes están comenzando en el mundo de las inversiones y esto se debe a que: 

+ El monto para participar en uno es bajo. 

+ Se invierte en distintos activos financieros a la vez (bonos, plazos fijos, acciones). Al diversificar la inversión se vuelve más segura.

+ El dinero se puede retirar de forma rápida, demorando entre 24 y 72 horas. 

+ La estrategia del fondo es gestionada por gente capacitada.

¿Cómo funcionan los fondos comunes de inversión?

Cuando se invierte plata en un FCI, se está comprando una pequeña porción del mismo conocida como “cuotaparte”. 

El precio de estas cuotapartes varía diariamente de acuerdo con la fluctuación en los precios de los activos que componen el FCI. Si dichos activos suben, quienes invierten ganan. De lo contrario pierden.

Esto ocurre porque los FCI son de renta variable. A diferencia de un plazo fijo, donde la persona sabe de antemano cuánto va a ganar, en un FCI ese monto varía día a día. 

Por este motivo, antes de ingresar en uno se debe prestar atención a la estrategia que lo compone. Es decir, el riesgo que se está dispuesto a asumir. A mayor rentabilidad, mayor puede ser la ganancia y la posibilidad de pérdida.  

Tipos de fondo de inversión

En Argentina hay más de 990 FCI y la elección entre uno u otro dependerá del objetivo de inversión y el perfil de riesgo que se tenga. En base a esto, los fondos suelen agruparse en tres categorías:

Fondos de corto plazo: en este grupo se encuentran los catalogados como “renta fija”. Estos presentan fluctuaciones de precios moderadas en comparación con los demás tipos de FCI y son ideales para cubrir objetivos cercanos, como vacaciones de verano, o necesidades inmediatas, como los servicios de la casa. Este modelo tiene una duración aproximada de hasta un año.

Fondos de mediano plazo: aquí se encuentran los fondos de renta mixta y suelen utilizarse para cubrir obligaciones como, por ejemplo, la compra de un auto o el colegio de los hijos. Se piensan como inversiones de 1 a 5 años.

Fondos de largo plazo: en esta categoría aparecen los fondos de renta variable y suelen utilizarse para invertir en recursos destinados a proyectos de vida como, por ejemplo, un viaje al exterior. Su plazo suele ser superior a 5 años.

En conclusión los FCI son una buena herramienta para introducirse en el mundo de las inversiones e intentar sacarle una ganancia extra a algún monto que se tenga ahorrado. 

Antes de invertir en uno es muy importante entender cuál es la estrategia de inversión, analizar el riesgo que se está dispuesto a asumir y saber en cuánto tiempo se reembolsa el dinero una vez que se pide el retiro. Se puede acceder a ellos a través del homebanking o alguna aplicación de inversiones.