El duro enfrentamiento de esta semana entre la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y su par provincial, Maximiliano Pullaro, pone al descubierto una trama compleja que tiene como fondo el abordaje de la lucha contra el narcotráfico. La ministra se enojó con Pullaro después de que se diera a conocer que ya no quedaba ni un solo detenido por el megaoperativo por las balaceras contra edificios que la mismísima Bullrich vino a anunciar con bombos y platillos en una conferencia de prensa en el parque Urquiza con gran despliegue de fuerzas federales.

Pero fuentes cercanas a la causa que involucra al falso abogado y espía Marcelo D`Alessio aseguran que las pericias a su celular contienen información que pone de manifiesto que no sólo Bullrich tenía contactos con este espía y ahí recibía información sobre el accionar de Los Monos desde la cárcel; sino que además estaba en conocimiento de datos clave sobre el manejo del gobierno provincial en asuntos vinculados a las bandas narcocriminales. Como por ejemplo, la difusión del chat entre D`Alessio y Bullrich sobre que efectivos policiales estaban custodiando la casa de un narco en el country de Puerto Roldán. “Están reemplazando a los soldaditos con policías de la provincia”, le dice D`Alessio a Bullrich.

Hace un par de meses desde el ministerio de Seguridad Nacional confirmaron que Monchi Cantero seguía utilizando el celular desde la cárcel, y que era autorizado con la justifcación de escuchar sus conversaciones y movimientos que el jefe narco manejaba desde el penal. Ese mismo celular permitió filmar el video amenazando con total impunidad a la ex jueza y actual candidata a vicegobernadora, Alejandra Rodenas.

El ministro Pullaro protestó al enterarse del beneficio en las comunicaciones que tenía Monchi Cantero, lo que lo llevó a un enfrentamiento con las fuerzas nacionales. Pero esas escuchas contienen también muchos datos de los lazos entre la banda de los Cantero y cómo se manejó en el tema el gobierno santafesino. Esa información delicada es la que genera mucha preocupación tanto en el ministro Pullaro como en el gobierno provincial.

Cuando estalló el caso D’ Alessio varios funcionarios del gobierno nacional intentaron poner paños fríos en el asunto, y hasta llegaron a sacar a periodistas del aire en conocidas emisoras que trataban el tema.

Pero el conflicto sigue, aunque asordinado, y hoy tanto Bullrich como Pullaro están preocupados por lo que puedan arrojar los resultados de las pericias en el celular de D’ Alessio. Tanto es así que desde el ejecutivo provincial intentaron conocer algunos detalles de la causa de espionaje que lleva adelante el Juez Ramos Padilla. El celular es clave principal de la investigación de operaciones encubiertas e ilegales que se guardan bajo estricto secreto de sumario. Desde la oposición creen que esa información sensible dejaría al descubierto conexiones que aún mantienen los Cantero con allegados a las altas esferas del gobierno socialista. No todo es casualidad  y ya se vio cómo los beneficios otorgados permitieron pérdidas de pruebas fundamentales, escapes de presos, asesinatos sicarios diversos y otros hechos graves que hasta han dejado de sorprender.

Hay silencios inexplicables de los que tienen que proteger y velar por la seguridad de la sociedad santafesina. Hay responsabilidades claras de los que desarrollaron las políticas de seguridad en estos últimos años en Santa Fe. Como dijo un encumbrado dirigente del peronismo, “en épocas electorales escuchar a los propios responsables de toda esta situación decir que van a luchar contra las mafias, resulta indignante”.

 

Informe: Nicolás Basualdo